lunes, 2 de septiembre de 2013

 Trabajo y dolor de espalda baja.
 






El dolor de espalda baja es uno de los motivos de consulta más frecuentes en la atención primaria de salud. Un episodio de dolor de espalda se estima que afecta alrededor de un tercio de los adultos en cualquier etapa de su vida, en estos pacientes mejorará en los siguientes tres meses, pero algunos continuarán teniendo síntomas persistentes. Varios estudios demuestran que el dolor de espalda es una condición fluctuante y que puede recurrir el cuadro de dolor al mes de haber presentado el dolor de espalda en un 24% a 87%. Las personas con dolor inespecífico de espalda baja a menudo informan deterioro de la capacidad para realizar las actividades diarias. El impacto del dolor en el funcionamiento diario de un paciente puede ser expresado como discapacidad o una reducción en la función física.

La discapacidad es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como cualquier restricción o falta de capacidad para realizar una actividad dentro de la gama considera normal para un ser humano.

El dolor de espalda baja es uno de los problemas de salud mas frecuentes entre los trabajadores, y se ha demostrado una prevalencia que oscila desde el 23% al 38% a nivel mundial. El dolor de espalda baja es la causa más común de discapacidad relacionada con el trabajo en personas que se encuentran en la cuarta y quinta década de la vida.

En los EE.UU., el costo total anual de incapacidad por dolor de espalda supera los 100 millones de dólares.

Desde el punto de vista médico y laboral se han planteado múltiples reticencias para reconocer la influencia del trabajo en la generación del dolor de espalda.

Las argumentaciones en este sentido van desde la dificultad de hacer un diagnóstico preciso de dolor de espalda, hasta la dificultad para determinar sus causas laborales.

También es importante destacar las múltiples causas de dolor de espalda, lo que hace difícil estudiarla y precisar su relación especifica con el trabajo.

Es bien sabido que la etiología del dolor es de origen multifactorial, lo que indica que factores individuales, físicos y psicosociales pueden contribuir para su desarrollo y persistencia.

Anteriormente varios estudios han identificado varios factores individuales asociados con dolor de espalda incluyendo: sexo femenino, el nivel de educación, el tabaquismo y la privación del sueño.

De la misma manera, el diagnóstico preciso y la fisiopatología del dolor de espalda es a menudo difícil de establecer, por ejemplo se han encontrado en algunos estudios una prevalencia mucho mayor de lumbalgia en trabajadores no sedentarios en comparación con los sedentarios, sin embargo oros autores señalan también al trabajo sedentario como factor de riesgo.

El sinergismo es un proceso fundamental en la aparición de dolor lumbar, por ejemplo, cuando el esfuerzo físico o las posiciones forzadas se combinan con exigencias de la organización del trabajo (intensificación del trabajo, horas extras) se incrementa el riesgo de dolor de espalda en comparación con la presencia de estos elementos si se encuentran por separados.

La intensificación de estos elementos plantea un gran problema, como lo es la existencia de distintos grados de afectación dependiendo del tipo de elementos causales interactuantes y de la intensidad y el tiempo de exposición. Así en en los trabajadores que llevan a cabo esfuerzo físico muy intenso se observa distinta prevalencia de dolor de espalda ya que no sólo depende del tipo de tarea, si no de cuanta ha sido su exposición.

En otros estudios dan a conocer que personas que desempeñan trabajos similares, se han encontraron diferencias muy importantes debidas a factores psicológicos y sociales en el área laboral, tales como: estrés ocupacional, concentración intensa, falta de control en el trabajo, insatisfacción laboral, o el tipo de puesto que ocupan en un área especifica, como el ser empleado en una ocupación que requiera un mayor nivel de habilidad, se ha observado que esta fuertemente relacionada con una mayor gravedad dolor de espalda, así como aquellos puestos en los que hay un gran potencial de liderazgo.

De la misma manera, en los trabajos sedentarios el dolor de espalda es un problema importante, ya que no sólo el mantener una posición sedente prolongada representa, para la columna vertebral, esfuerzo y gasto semejantes a los originados por la bipedestación prolongada, sino porque las condiciones psicológicas y sociales, como los estresores laborales, producen un efecto sinérgico sobre la región lumbar. Asimismo, la insatisfacción laboral y el trabajo monótono también incrementan el riesgo.

En ausencia de patología previa, el dolor de espalda se da con mayor frecuencia en trabajadores que se someten a esfuerzos físicos pesados y en aquéllos cuya actividad laboral exige posiciones forzadas, incluso una postura estática constante. Así son causas de riesgo importantes, el levantar objetos, sobre todo por arriba de los hombros, el agacharse y el doblarse.

La frecuencia de lumbalgia entre trabajadores cuya tareas implican levantar gran peso es más de diez veces superior a la de aquellos que no levantan cargas. El levantar objetos pesados, según la literatura epidemiológica mundial, es una de las causas más importante en la aparición de dolor de espalda. Así, el trabajo físico pesado y la postura forzada sostenida es uno de los desencadenantes en la aparición de hernia discal y de la degeneración discal.

Por lo tanto es imprescindible tener en cuenta todas las variables que pueden ocasionar dolor de espalda baja, sean causas propias laborales o extralaborales. No es posible mencionar las causas de esta patología sin plantearse el problema de la necesidad de realizar un registro de las principales variables que se asocian a este padecimiento, entre ellas, el puesto de trabajo o la antig?edad, el tipo de actividad a desempeñar, exigencias de tipo ergonómico y las posiciones forzadas.

Todo esto permitirá seguir profundizando en las causas que producen dolor de espalda baja y por lo tanto contar con medidas preventivas que se pueden adoptar por los directivos empresariales e instituciones de salud.

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